Miro en silencio tu cuerpo, escribo en mi mente cada detalle en tu piel
y de tu alma, la desnudes me bebo en cada gota de lagrimas
que humedecen tus labios (lozanos, rojos apetecibles, desenfrenados
lujuriosos e irreverentes) y tu garganta plagada de palabras y silencios
Mis pupilas, recorren la curva insolente que tu cuerpo impone
ahogándose en mis ojos (tristes) con razones inequívocas
para profetizar mis días escribiendo "La elegía de tus senos"
y de tu forma geométrica, pequeña y húmeda
como contenida en un verso de Catulo.
La firmeza, es la cronología exacta del deseo
queriendo abrigarse entre tus piernas, y comprendo
por que la soledad no me entiende todavía.
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